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Las Merrell Long Sky y Skyfire llegan para cubrir las preferencias de un mercado cada vez  más  segmentado,  con material específico en concordancia con el tipo de terreno, distancia y preferencias de uso.

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Dos nuevos modelos nos presenta Merrell para el primer semestre de 2020. Long Sky y Skyfire llegan para cubrir las preferencias de un mercado cada vez  más  segmentado,  con material específico en concordancia con el tipo de terreno, distancia y preferencias de uso. Creo que sin demasiada orquestación, los de Vermont, han sabido concentrar todas estas necesidades en únicamente dos modelos. ¿Es posible?

Bajo la denominación MTL (Merrell Test Lab), la marca en estrecha colaboración con sus corredores más mediáticos (Pere Aurell, Ragna Debats, y Anna Frost), han desarrollado la Long Sky (para larga distancia), y la Skyfire (para corta).

En este artículo voy a centrarme en el modelo para  carreras y salidas de mayor kilometraje.

 

LA CALIDAD POR BANDERA.

La Long Sky es una zapatilla estéticamente sobria, especialmente en el color que acompaña este artículo (también está disponible en un bonito naranja tanto en versión masculina como femenina).

Mirándola con detenimiento, vemos que los detalles se cuidan con mimo. La calidad del producto es altísima, y no han perdido la ocasión de equipar  este modelo con la prestigiosa suela Vibram, en concreto, el compuesto Megagrip. Bien por ego o prestigio, ambas marcas ya se encargan de lucir el logotipo en varias partes de la suela.

El diseño de la suela es bi-direccional, muy definido en su parte delantera para favorecer el avance en los desniveles más pronunciados, y en la zona de talón con disposición invertida para proporcionar retención, dejando una zona de transición  con el EVA a la vista casi en el tercio trasero. Los tacos tienen un mordiente de 5 milímetros, más que suficiente para el planteamiento del modelo. No creo necesario, ni conveniente ir más allá de esta medida.

Esta suela me recuerda a  algunos de los diseños de Salomon, como la S-Lab Speed o a la gama Speedcross. Me hubiese gustado un taco algo más amplio, dejando esa misma altura,  para favorecer la estabilidad en el momento de recepción, ya que si calculamos la superfície útil de contacto que suma este taqueado, nos quedamos con una cifra  reducida.

En mi opinión, para zapatillas de larga distancia, donde en carrera  encontramos secciones urbanas, hierba, barro, roca y descompuesto en menor o mayor grado, soy partidario de un taco más amplio en cuanto a superfície. Prefiero menor altura y mayor anchura de taco con miras a mayor estabilidad, por el  simple hecho de tener más superfície de contacto, y también menos deformación, factores que  mejorarían en este caso  el comportamiento, y penalizaría poco o muy poco  en barro.

UNA MEDIASUELA CON RECURSOS.

La corredora de Merrell,  Ragna Debats ganó Marathon des Sables 2019 con el prototipo de esta zapatilla. En palabras de la campeona del mundo: «la Long Sky es una zapatilla muy versátil, que puedo utilizar en cualquier tipo de terreno […] , yo las uso mucho en tiradas largas, en competiciones a partir de maratón. Pienso que es muy buena opción y me siento muy cómoda con ellas».

Coincido con Ragna en muchos aspectos, y es que el tacto de la Long Sky es muy bueno. Me parece algo más suave que una La Sportiva Akasha, y con un chasis no tan  estructurado, es capaz de conseguir  una estabilidad elevadísima  mejorando notablemente el peso de las Akasha.

¿Dónde radica el perfecto equilibrio entre estabilidad y amortiguación? En este caso, la elección de una doble densidad en la mediasuela es la responsable de esta sensación, y es que encontramos en la cara interna una sección moteada, que viene a delimitar en el plano visual este cambio de densidad  -dureza-.

Con esto se consiguen dos cosas: la primera, evitar la pronación, ya sea natural del corredor, o  a causa del cansacio con el paso de los kilómetros, y segundo, conseguir un aplomo en la fase de aterrizaje, ya sea con la zona de medio-antepie, o si se tiende a talonar, pues la zapatilla «nos coloca» en su sitio ofreciendo seguridad a nuestra pisada, que se vuelve más firme y precisa. En cierto modo me recuerda al Duomax de Asics.

 

UPPER. SOBRESALIENTE, PERO CON MATICES.

La cubierta de la zapatilla es un buen ejemplo en cuanto a equilibrio; gran capacidad de transpiración, con una malla muy abierta, buena protección en los 360 grados,  capaz de dejar un conjunto ligero y nada aparatoso visualmente.  Buen detalle en la zona exterior del flanco termoencolado que se prolonga desde la puntera, con una «V» para facillitar la flexión, sin hacerlo sufrir, un punto siempre crítico y auténtico quebradero de cabeza de diseñadores e ingenieros.

Buena sujeción talonar, y excelente acceso  a la zapatilla, cuyo collar y cordonera se abren generosamente para introducir el pie. El interior es de una pieza, a modo de botín, con lo que obtenemos un confort inigualable, además de aislar el pie de los elementos externos que sin duda, pueden introducirse debido a ese poroso y transpirable tejido exterior. Creo que será difícil tener sensación de congestión  con esta zapatilla,  que en este sentido  me ha parecido muy cómoda, aunque el pie se siente más suelto que en La Sportiva Kaptiva, con un sistema similar.

La parte negativa en este modelo la pondría en los cordones que se aflojan con una rapidez insólita, y obliga a reajustar la zapatilla con frecuencia.  Otro cordón de sección plana, o menor tacto y composición que no sea de puro Nylon evitaría esta molesta situación.  Creo que es un aspecto a revisar de forma urgente, pues mejoraría la experiencia de usuario de forma importante.

El enorme logo de la marca flanqueando el lateral puede ser de discutible gusto (a mi me encanta), pero además trasciende de lo estético, ya que es totalmente reflectante, y te aseguro que te van a ver de noche a bastantes metros.

Los acolchados son de grosor medio, con una sujeción moderada. En este caso prefería el modelo Agility Peak Flex 3, pues me daba una mayor sensación de que  el pie permanecía en su sitio.  Si pudiese tener la sujeción media y talonar de ése modelo en la Long Sky, sería increíble.  Imaginaciones al margen, el comportamiento general es muy bueno, y quitando el detalle de los cordones, no hay nada que defraude en esta zapatilla.

 

TIPO DE TERRENO Y USO.

En palabras de Pere Aurell, corredor de Merrell, y colaborador en el desarrollo de la gama MTL:  «la Long Sky es una zapatilla muy cómoda que se adapta a todo tipo de terrenos. En mi caso la hago servir para carreras de más de 42 kilómetros, pero por su ligereza se podría utilizar en cualquier distancia».

La verdad, es que no seré yo quien contradiga al ganador de Transvulcania. Creo que la zapatilla hace alarde de una ligereza que la convierte en un modelo realmente polivalente para diversas distancias, pues está por debajo de su competencia directa. Menos de 300 gramos  en número 44 es una cifra realmente buena para una zapatilla orientada a la larga distancia, con la que nos sentimos protejidos, amortiguados, y con ganas de hacer kilómetros, tantos como nos dicte nuestras preferencias.

 

DATOS TÉCNICOS Y COMPETENCIA.

Peso (10 USA):
Merrell MTL Long Sky:   292gr.
RaidLight Responsiv Ultra:   303gr.
Salomon Ultra Pro:  314gr.
Hoka Speedgoat 4:  321gr.
Brooks Cascadia 14:  324gr.
La Sportiva Akasha:  353gr.
Asics FujiTrabuco 8:  361gr.

Drop: 8 mm. (16´5/24´5)

Precio: 145 €

 

 

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