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Nuria Gil, del tartán al trail

Nuria Gil consiguió en Liencres su primer título nacional de campeona de España de Carreras de Montaña a los 29 años. La RFEA nos acerca la figura de esta reusense en una entrevista de Vicente Capitán

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Sabemos que vienes del atletismo tradicional, de la pista y el cross. ¿Cómo fueron esos inicios?
Todo empezó cuando tenía seis años, mi madre me apuntó al atletismo como actividad extraescolar en el colegio ya que mi tía era la entrenadora. Eran dos días a la semana una horita cada día. Era más bien hacer juegos y divertirnos entre todos los amigos. Competíamos en los crosses de los colegios de Reus (mi ciudad) y de los pueblos de alrededor. Tengo bonitos recuerdos en especial del cross de mi colegio, el Pare Manyanet, aquel cross era una fiesta para todos los alumnos. Como anécdota de los amantes del atletismo, del Pare Manyanet fue exalumno Gaietà Cornet, el ex plusmarquista español de 400 metros.

Háblanos de tus grupos de entrenamiento entonces, cómo lo vivías y tus primeros resultados destacados.
Cuando tenía 11 años pasé de entrenar en el colegio en un campo de futbol, a la pista de atletismo del Club Natació Reus Ploms donde mi tío Quimet era mi entrenador. Era la más pequeña del grupo y siempre intentaba seguir a los mayores. Compartía muchos entrenos con mi hermana Laia ya que también competía en pruebas de medio fondo. En categoría cadete (año 2006) conseguí mi primer oro a nivel estatal en los 1.000 metros. Allí corrí con grandes atletas que actualmente están en la élite del atletismo español como son Blanca Fernández de la Granja e Irene Sánchez Escribano. Recuerdo perfectamente el Critérium de Medio Fondo que se hizo en 2007 en Mataró. Allí, conseguí mínima para el Campeonato del Mundo Juvenil en los 1.500 y también, para el Festival Olímpico de la Juventud Europeo de ese mismo año. Fueron unas experiencias bestiales donde guardo muy buenos recuerdos. No cambiaría nada de lo vivido en esas épocas.

¿Y cómo y por qué dejas el atletismo?
En 2008 murió mi tío, que era mi entrenador. Fueron momentos difíciles. Fui a entrenar con Miguel Escalona, pero no acabé de adaptarme a sus entrenamientos. Empecé a tener molestias en los pies y alguna lesión importante. No conseguía hacer una temporada completa, los resultados no eran como los de antes. Entre esto y que justamente había acabado en 2012 los estudios de universitarios de fisioterapia, decidí dejar el atletismo, centrarme en estudiar un máster de fisioterapia del deporte en Barcelona y empezar a trabajar como fisioterapeuta en una consulta privada. Estuve tres años sin hacer deporte. Fueron tres años diferentes, haciendo cosas que con el deporte no me podía permitir, como por ejemplo pasar más tiempo con los amigos.

¿Y por qué decides volver a la competición, cómo surge de nuevo esa necesidad?
En 2015, un buen amigo, Gabriel Bosques me motivó a participar en una carrera popular de montaña que hacían al lado de mi ciudad. ¡Nunca había tocado nada de montaña! A raíz de esa carrera, empecé a hacer salidas con su grupo los viernes al mediodía. Me empezó a gustar ese mundillo y acabé corriendo carreras populares de montaña aquí en mi ciudad. Salía a correr lo que me pedía el cuerpo sin llevar ningún entreno específico, podemos decir que hacía deporte salud. En 2016, empecé el máster de osteopatía de dos años y fueron años sin hacer nada de deporte, no tenía tiempo. Llevaba mi propia consulta de fisioterapia de lunes a jueves y de viernes a domingo estudiaba osteopatía en Barcelona por lo que me era imposible sacar tiempo para el deporte. En 2017 conocí a mi pareja Óscar. Le encantaba todo lo relacionado con la montaña. Es la típica persona que se puede perder semanas y semanas en la montaña. Conocerle fue una gran motivación para mí, para volver a sentirme corredora (había perdido completamente la forma).

¿Con qué pretensiones volviste, qué objetivos buscaste y cómo fue la forma de volver a entrenar?
En 2018, una vez acabados los estudios de osteopatía, empezamos a hacer rutas por la montaña, en cuanto podíamos nos íbamos a Pirineos, empecé con la bici de carretera, me introdujo en el mundo del esquí de montaña… con todo esto, empecé a encontrarme bien sin quererlo. Recuerdo que ese verano, me apunté a una carrera con más nivel después de muchos años, en el Valle de Tena y la gané. Fue una gran motivación para mí.

¿Y cuándo descubres a tu entrenador actual, Rafa Flores?
A Rafa Flores lo conozco des de hace muchos años, podemos decir desde mis inicios en el atletismo. Coincidíamos en los croses de mi ciudad, imagínate. Teníamos muy buena relación. Los dos recordamos perfectamente unas palabras que dijo mi tío y entrenador Quimet: «Cuando yo no esté aquí, quiero que Rafa sea tu entrenador, Nuria». Y así ha sido. Siempre hemos mantenido una muy buena relación. A finales de 2019 le comenté si me quería entrenar y no lo dudó. Me recordó esas palabras de Quimet. Empezamos a entrenar, me empezaba a encontrar bien, pero el Covid nos obligó a parar.

Y el año pasado llegó una larga lesión.
Cuando acabó el confinamiento, empecé a salir a correr. Empezamos de forma muy progresiva, todo iba genial. En julio, fui a competir a Andorra, la Travessa d’Encamp. Tuve la mala suerte de tener una caída en una zona rocosa, y recuerdo que el pie se me quedó entre dos piedras. Al llegar a meta tenía molestias en el pie, pero no le di importancia. Pasaban los días, y la molestia se convirtió en dolor. Al final era una rotura en la fascia plantar. En enero de 2021 conseguí empezar a correr sin dolor. Volvimos a la carga de entrenamiento con un objetivo claro, el Campeonato de España de Carreras de Montaña-Trail Running de Costa Quebrada.

Y, una vez allí, ¿cuál era tu objetivo? ¿Cómo llegaste de forma a la carrera y una vez en ésta, cuándo te das cuenta de que puedes ganar?
Quería intentar quedar de las cuatro primeras para poder ir al Europeo. Desde bien pequeña mi prueba favorita había sido el cross, así que planteamos una pequeña pretemporada de cross, y por el camino pasaron muchas cosas. Conseguí, después de más de 10 años sin estar en la selección catalana, clasificarme para el Campeonato de España de Getafe (allí Nuria acabó 16ª) Eso me motivó todavía más a seguir entrenando para llegar a un buen estado de forma. Había hecho buenos entrenos, así que no tenía nada que perder en Liencres.
La salida en el campeonato fue muy rápida. Oihana impuso un ritmo fuerte, recuerdo que me costaba seguirla. En la subida al Tolío, me encontré genial, pude hacer un pequeño cambio de ritmo y progresivamente fui ganando metros a las otras corredoras. ¡Me encontraba muy bien! No me daba por ganadora, sabía que los últimos tres kilómetros corriendo por los acantilados era donde podían flaquear las fuerzas y perder la carrera. Justamente allí, empecé a tener calambres en los gemelos. Creía que no llegaba a meta y hasta que no vi la llegada cerca no tuve claro que ganaría.

Nos acabamos de enterar de la cancelación del Europeo del mes de julio. ¿Cómo vas a plantear los próximos objetivos hasta el Mundial?
Es una pena lo del Europeo, porque tenía muchas ganas tras ganar el Nacional. Ahora tocará buscar nuevos objetivos más cercanos (Olla de Núria, Sierre-Zinal…) Sinceramente, del Mundial no nos hemos planteado nada todavía.

Cuéntanos un día a día actual en tu vida y dime si crees que este resultado y los que puedan venir en las próximas grandes competiciones internacionales te podría hacer apostar más por el atletismo.
De lunes a viernes, la verdad es que no paro. Me levanto a las 7h. y a las 8h. ya estoy en la consulta donde trabajo hasta las 12h. Cuando termino, voy directa a entrenar. Entre semana son entrenos rápidos, en una hora u hora y media están hechos. Luego, tiempo para comer, intentar descansar 20 minutos y para el trabajo de nuevo de 16h a 21h. Al salir, directa para casa a cenar y dormir. La verdad es que gracias a mi pareja puedo trabajar y entrenar más tranquila. Siempre está dispuesto a prepararme la comida y ayudarme en todo lo que necesite para poder descansar algo más. Los fines de semana sí que son de desconexión total y nos gusta irnos fuera cuando podemos, sobre todo a Andorra o al Valle de Arán, y aprovechar para hacer las tiradas más largas. Pero lo tengo claro, yo vivo de mi trabajo como fisioterapeuta y no pienso en cambiar mi dedicación profesional. Trabajo en Reus, mi ciudad, y trato a muchos deportistas de aquí, en mi consulta.

Sabemos que a tu entrenador Rafa le gusta hacer entrenamientos cruzados, con la bici y trabajar bien la fuerza.
Sí, toco la bici de carretera un par de días a la semana y uno de trabajo más específico de fuerza. Como ya he dicho antes no hago ni muchos kilómetros ni mucho desnivel y creo que Rafa maneja muy bien lo de machacarnos los justo y recuperar bien.

Visto esto y debido a la variedad que nos ofrece el trail running ¿en qué tipo de perfiles, terrenos y distancias te encuentras más a gusto?
Pues en algo parecido a lo de Liencres. Creo que me manejo bien en distancias hasta 20 km, que puedan acumular desnivel, pero no en exceso y sobre todo que no sean terrenos muy técnicos. Digamos que hasta 30 km puedo ir bien, y el ritmo rápido lo tengo.

Tú que vienes del atletismo tradicional ¿qué te parece el auge que está cogiendo el trail running en el ámbito de la RFEA?
La verdad es que me encanta. Cada uno puede escoger esa distancia donde se siente más cómodo y disfrute más. En los campeonatos estatales hay mucho nivel, y eso es importante. Poder tener europeos y mundiales cada año son objetivos a los que te puedes centrar para prepararlos bien, me recuerda mucho al atletismo. Un deseo o sueño para tus próximos años deportivos. Sobre todo, que me respeten las lesiones. Con ellas no podría disfrutar del correr, que al final es lo que llevo haciendo desde pequeña porque me encanta. A partir de aquí… a soñar. Entrenaré fuerte para poder sacar buenos resultados, las ganas están que es lo más importante.

 

 

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