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Ashley Paulson hace historia en una Badwater 135 que derrota a Iván Penalba

La estadounidense logra la victoria absoluta después de haber sido tercera en 2022. Logra el segundo mejor tiempo de la historia. Iván Penalba cruza la meta en 29h48'.

Fotografía: @overallgooddaygirl @fly.joyce
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Ashley Paulson ha hecho historia en la Badwater 135 al lograr la victoria absoluta y convertirse en la primera mujer en conseguirlo. Un triunfo que no es una sorpresa, puesto que ya finalizó tercera en la edición pasada. Cada día las diferencias entre hombre y mujer se acortan en el ultrarunning y el de hoy es un ejemplo más. Con 21h44′ ha logrado el segundo mejor tiempo de la historia de la Badwater en una carrera en la que siempre ha estado en el TOP3 de la prueba, desde la salida en la tercera oleada a las 22:00 hora local. Fue en el ecuador de carrera cuando se aupó a un liderato que ya no abandonó para conseguir una ventaja final de cuarenta y cinco minutos sobre el segundo clasificado, el noruego Simen Holvik, ya en meta también.

Paulson, de 41 años y madre de cuatro hijos, ya fue tercera en 2022 a pocos minutos de Iván Penalba y apenas una hora del primer puesto. Entre los logros de Ashley Paulson está haberse clasificado para los trials olimpicos estadounidenses de 2020, aquellos en los que participó Jim Walmsley o haber finalizado primera cuatro pruebas de cien millas. Como curiosidad, y siempre que puede, participa en las carreras disfrazada.

Fotografía: @overallgooddaygirl @fly.joyce

Respecto a Iván Penalba, no pudo ser. La Badwater 135, cruel como pocas carreras, y el Valle de la Muerte han vencido en esta ocasión a Iván Penalba que, sin embargo, y en una enorme leccción de pundonor y reconocimiento a este deporte, sigue en carrera para cruzar la meta del Monte Whitney. A pesar de que Iván Penalba llegaba a California en un excelente estado de forma y con la importante experiencia del pasado año, la carrera ha podido con él, al menos en cuanto a la lucha por la victoria.

Iván Penalba tomaba el liderato de la carrera casi desde el comienzo, pasando primero por la milla 10 en un grupo de cinco corredores con el japonés Ishikawa, vencedor en 2022, pegado al español. Esta situación se repetía al paso por el primer punto de control, Furnace Creek en la milla 17, con un grupo de siete participantes en cabeza en un crono de 2h22′. Sin embargo, conforme avanzaba la carrera, la situación dejaba de ponerse de cara para el español. En la milla 42 bajaba a la séptima posición, a 32′ de distancia del que en ese momento era líder, Simen Olvik. Comparando su tiempo con el de 2022, es de este año era 17′ más lento. Las diferencias se mantenían, llegando a la hora y media de diferencia con el primero en la milla 90. Un tiempo que aquí era media hor más que el de 2022. Sin embargo, en esta edición eran seis los corredores por delante de Iván, entre ellos una Ashley Poulson que en ese momento ya lideraba la prueba.

Los mayores problemas para Ivan Penalba comenzaron a partir de este momento, teniendo que pararse y tumbarse para ser asistido por su crew durante al menos una hora, si bien por la cabeza del valenciano no pasabe en ningún momento el pensamiento de la retirada. Finalmente ha cruzado la línea de meta en 29h48′, dando una lección de pundonor y de amor por este deporte que quedará para el recuerdo.

Iván Penalba llegaba a su segunda participación en Badwater con una clara estrategia de carrera: centrarse en sí mismo y en sus ritmos sin preocuparse del resto de competidores. La experiencia del 2022 le sirvió para priorizar los entrenamientos en los aspectos a mejorar, especialmente en los kilómetros finales del ascenso al monte Whitney, sabedor de que el desnivel es el talón de aquiles de Iván, acostumbrado a correr horas y horas en pista o circuito llano pero no con desniveles.

Ha sido la 46ª edición de este evento de renombre mundial que enfrenta a 100 de los atletas más duros del mundo entre sí y contra los elementos. Desde debajo del nivel del mar en temperaturas abrasadoras hasta altitudes de hasta 8,360 pies (2548 m). Con salida en la cuenca Badwater y llegada en el Monte Whitney, los participantes deben completar un total de 217 kilómetros y una desnivel positivo de más de 4.500 metros. Su dureza radica no solo en las condiciones de la prueba, sino en el hecho de que (excluyendo Alaska y Hawai) comienza y concluye en los puntos geográficos más alto y bajo de América del Norte y que gran parte del recorrido transcurre por el Valle de la Muerte con una temperatura diurna cercana a los 50 grados centígrados.

 

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