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Ya es primavera en Flying Burrito

El cambio de hora, el aumento de las horas de sol, la subida de las temperaturas, el calor al salir a entrenar y el retorno de las camisas Flying Burrito. Ya es primavera.

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¿Te has preguntado alguna vez por qué no encuentras unos conocidos bombones durante el verano? La respuesta está en el calor. No se venden porque las altas temperaturas afectarían sus propiedades y sabor. ¿Y te has preguntado por qué durante el invierno no tenías stock en la web de Flying Burrito? Porque en Flying Burrito quieren que luzcas sus jodidas camisas a lo grande, que estés presentable cuando salgas a competir o entrenar y que no tengas que ocultas los cuadros de las camisas con un cortavientos o una chaqueta impermeable. Ahora ya ha llegado la primavera y es tiempo de volver a lucir los diseños de Flying Burrito, de ver sus típicos cuadros en la montaña y, muy pronto, sus nuevos diseños y novedades.

¿Te imaginabas que se podía salir a correr o montar en tu gravel con una camisa de leñador? ¿Y estar en una línea de salida acompañado de corredores y corredoras con el último modelo de las marcas especializadas mientras tú estás vestido como si fueras a tomarte un whisky en la Montana más profunda? Las jodidas camisetas de Flying Burrito son las camisas que los leñadores de Montana llevarían si se pasaran al trail running, las camisetas más punk que puedes encontrar ahora mismo en el mercado y que la temporada pasada vistieron corredores como Oriol Antolí, el rey de las Big Backyards Ultra.

La camisa que Lazarus Lake debería llevar en la próxima Barkley Marathons, la que debería haber vestido Jasmin Paris cuando se convirtió en la primera mujer en completar la BM100 o la que Ken Chlouber debería lucir cuando dispare con su rifle en la salida de la Leadville 100 está fabricada con tejido de poliéster 100% reciclado, facilita la transpirabilidad, la elasticidad y el secado rápido. Está diseñada para entrenar y competir pero también para levantar troncos o cortar el césped del jardín de tu casa de Missoula en Montana. Al mismo tiempo, es ideal para practicar trekking o simplemente vestir “casual” cuando bajas de las montañas para tomar algo en el saloon o te bajas del coche para comprar el pan en la tienda del pueblo.

Pero Flying Burrito es mucho más que unas jodidas camisas. Es una empresa que tiene sus raíces en el norte de la provincia de Barcelona, justo dónde los Pirineos empiezan. En una zona montañosa, poblada por espesos bosques, Flying Burrito nace sobre tres pilares en los que basa su crecimiento: reciclaje, proximidad y dignidad.

Quizá por el hecho de haberse criado como lobos, corriendo desde pequeños por la naturaleza, como ellos mismos dicen, no conciben la idea de crear un proyecto como Flying Burrito si no es siendo fieles a los valores de respeto por el planeta. Por eso, todos los productos están fabricados y confeccionados en Barcelona buscando con la producción de proximidad, evitando el transporte desde tierras lejanas eliminando así la huella de carbono al máximo.

Además de con la naturaleza, su compromiso también es con la justicia social. Todos los materiales usados para producir nuestras camisas, así como su confección, están producidos en Barcelona, por gente que tiene una jornada laboral de ocho horas, un mes de vacaciones y un sueldo justo. Esto que puede parecer básico, vale la pena explicarlo, porque desgraciadamente hoy en día no hace falta ir al tercer mundo para encontrarse con talleres en los que se ofrece a los trabajadores unas condiciones indignas.

Por el momento, Flying Burrito ofrece cuatro modelos de camisas, disponibles en su página web, y muy pronto su catálogo aumentará con nuevos y chanantes productos.

 

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