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Kilian, ¿quo vadis?

En esta última semana, en la que noviembre y diciembre se fusionan, saltaba la noticia; Kilian se despedía en sus redes, de la que ha sido su casa en los últimos 18 años. Juan González abre la puerta de su Laboratorio y comparte su opinión

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Si no fuese porque no es 28 de diciembre, pensaríamos que se trata de una broma. Una broma, con mala intención. A mala leche, y casi grotesca. En esta última semana, en la que noviembre y diciembre se fusionan, saltaba la noticia; Kilian se despedía en sus redes, de la que ha sido su casa en los últimos 18 años.

La casa que le ha visto crecer, literalmente, porque lo acogió cuando era casi un pre-adolescente. Un ojo avizor con voz y voto en Salomon se fijó en él. Apenas era un adolescente, pero desde Salomon España, supieron intuir un diamante. Un diamante que por sí mismo acabaría luciendo, sin parafernalias, ni salidas de tono, ni -casi- endiosamiento. O por lo menos, voluntario. Con su tono tranquilo, parco en palabras y para aquel entonces, una mirada huidiza, aquel jovenzuelo, acabaría por convertirse en el mejor corredor de montaña del mundo.

Cualquiera de nosotros, cambiamos de trabajo, dejamos nuestra empresa, lo hacemos y ya. Como mucho, lo consultaremos con nuestra pareja, y se lo diremos a algún amigo, por eso de no sentirnos “solos”.
Kilian, sin embargo, hizo -tuvo que hacer- un comunicado en sus redes, para anunciar la disolución de su matrimonio con Salomon. Conociendo o sabiendo lo que sabemos de él, poco amigo de las fotos, el papel “cuché” y farándula en general, no debió ser plato de buen gusto. De alguna manera, va en contra de lo que siempre ha perseguido, que es la tranquilidad en todos los sentidos, esa huida del barullo, de las masas, y de la que de alguna manera ha sido víctima. Un animal necesitado de soledad y silencio, como sentenció Greg Vollet. Una situación o statu quo que ha ido aceptando con el tiempo, cierto, pero no es ante la gran exposición mediática donde se encuentra cómodo. Ser el mejor, tiene un precio. Y si eres introvertido, peaje doble.
Jamás lo ocultó. Es más, se encargó de que se supiese.

Kilian dice querer centrarse en sus proyectos. Pero la pregunta natural es: ¿acaso Salomon no es compatible con esos proyectos? ¿Ha habido algún tipo de interferencia? Y por extensión; en caso de no ser compatible con sus aspiraciones, ¿en qué lugar queda Salomon? O dicho de otro modo, ¿queda tocada su reputación y/o prestigio? Es decir, para los próximos proyectos del corredor, que no sabemos -de momento- en qué consisten, pero viendo que cada vez está más alejado de la competición, y más cercano al alpinismo, ¿Salomon no puede estar a su lado como mero supporter? De ser así, ¿quién lo ha decidido? ¿Habrá sido tentado por alguna marca más técnica y especializada en alpinismo para acometer esos retos, esos proyectos? ¿Optará por el “yo me lo guiso, yo me lo como”?

Muchas preguntas, y de momento ninguna respuesta, pero sobre todo, muchas elucubraciones. Elucubraciones que se ven multiplicadas por varios detalles, y es que en su primer comunicado, hacía alusión a “su propia empresa”. Luego vino un vídeo, auto-grabado y en el que cuidaba mucho las formas, daba agradecimientos (mientras leía los nombres, de soslayo), pero se cuidaba muy mucho de hacer alusión a esa “empresa”. Curiosamente, el comunicado desapareció de las redes, tanto del propio Jornet, como de los medios que se hicieron eco (iRunFar, por ejemplo). ¿Qué sucedió ahí? ¿Hubo algún paso a destiempo?
¿Hizo una declaración precipitada, cuando -todavía- no era el momento?. Marcha atrás y recogida de velas.

Está claro, que sea lo que sea que haga, ha de ir vestido. Y sinceramente, que marca no estaría encantada de sacar la chequera. Aunque, esas mismas marcas, también saben, que Kilian siempre estará asociado a Salomon. Ver a Kilian, es ver la “S” encuadrada. En diversas informaciones en redes ya se ha afirmado (si, que si) que va a sacar su propia línea de ropa o calzado, o ambas. Por informaciones que me han llegado, (que uno tiene sus contactos) parece ser que los tiros van por ahí. Crear una línea textil, no es especialmente difícil, ni a nivel de producción, diseño, ni -incluso- logístico. Pero ojo, que una línea de calzado, es harina de otro costal.
Para eso, se necesita un equipo potente de desarrollo, con maquinaria y laboratorio específico para realizar test de resistencia y estrés de materiales, prototipos, y unidades de producción final seleccionadas al azar.
A esto, como sabemos, añadimos que se fabrica prácticamente todo en Asia. Otro hándicap es que las grandes factorías que fabrican para Adidas, Nike, Brooks, requieren unos mínimos para ponerse a fabricar, y si las cantidades son pequeñas, vas a la cola…. Adidas de un solo modelo, puede llegar a fabricar 85000 pares. A ver quién es el guapo que le hace sombra.

Otro tema, es que Kilian, bastante concienciado con el medio ambiente, no se si será partidario de ese sistema de producción y logística. Pues no es precisamente el transporte el barco y los residuos que esas empresas generan un paradigma en sostenibilidad que digamos. Si que se puede producir en Europa, pero a otros precios, lo que representaría poner en el mercado un tipo de producto premium de alto ticket. Con todas estas complicaciones, veo igualmente difícil que Jornet “compre” calzado para estampar su marca. No lo veo.

En lo referente al desarrollo, no me extraña en absoluto que incluso él llegase a implicarse al 100% en el diseño. De hecho, hay por ahí bocetos suyos, hechos en papel y bolígrafo de prototipos, a modo de mejoras de algunos productos (en botas, esquís…). Me apasionaban esos dibujos. No me cabe duda, que rodeándose de un equipo de ingenieros que sean capaces de materializar las ideas de Kilian, llegasen a crear productos realmente sorprendentes, para alegría y regocijo nuestro.

¿De quién si no, fue la idea de crear una zapatilla ligera, para poder correr rápido la Western States?. Él puso la semilla que posteriormente floreció en la S/Lab Sense Ultra, aquella bonita y ligerísima zapatilla roja y blanca que nos enamoró. Suya fue la idea de crear un sistema para llevar los soft flask en las manos. Y el producto hoy lo tenemos a la venta. También desarrolló la primera mochila-chaleco de Salomon, con la que corrió UTMB en 2008, y se fue mejorando y afinando hasta llegar a la versión final que vimos finalmente en las tiendas, y que no ha dejado de mutar hasta el modelo actual. Quiso tener una zapatilla a medida, ceñida, precisa y ligera. Meses después las llevaba en sus pies para correr Zegama. Pero fué más allá. Defendió que era posible democratizar el uso de calzado a medida, producido “en serie” (entiéndase las comillas). Nacía el concepto ME:sh. Es decir, ha sido una parte muy importante en el desarrollo de producto, y abanderado de la innovación.
Tenía buenas ideas, y Salomon lo supo ver. Le dejó hacer, y le ayudó a crear.
¿Quién hizo a quién? ¿Salomon a Kilian, o Kilian a Salomon?

Jornet ha sido sin duda, “el padre” de la gama S/Lab. Acercó al corredor popular el material más ligero, evolucionado y sofisticado para correr por montaña.
Contagió su filosofía exigua al corredor dominguero, ávido de buen material, mientras nosotros, sedientos de ésa pócima efímera y extraordinariamente sobrevalorada, buscábamos parecernos a él, por lo menos en lo estético. Pagamos gusto y ganas por aquellas mallas blancas con el panel de abeja plateado. Lo llamaban EXO. A pesar de no existir Instagram, nos encantaba, aunque seguíamos siendo los mismos paquetes.

Siempre ha habido quien argumentaba que Kilian cobraba por correr, competir y ganar (¡y que menudo chollo!), y no es así. El propio Kilian ha sido claro: su trabajo consistía en desarrollar material. Hemos visto que su tarea era mejorar y evolucionar los productos. Unos salieron de la mesa de diseño en Annecy, otros fueron vertidos directamente desde su imaginación, animada por su espíritu pragmático e innovador, reconozcámoslo. En cualquier caso, es un divorcio del que se oían rumores de ruptura hace bastante tiempo. Las parejas no se degradan en 2 días. Las separaciones no vienen por el ruido al sorber la sopa o no cambiar el rollo de papel en el WC. Todo tiene unas formas, pero también un fondo. Lo esencial.

Sea lo que suceda, será causa de revuelo, tertulia y palillo en la boca. Pero es incuestionable, que Kilian Jornet, es una marca en sí mismo. Posiblemente, una de sus mejores frases, resultó premonitoria, a tenor de lo sucedido:
“No tengo miedo a fracasar; a perderme, a soñar, a ser yo mismo, a encontrar. No tengo miedo a vivir”.

Hagas lo que hagas, y hacia dónde vayas, mucha suerte, genio.

 

Texto: Juan González

 

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