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Flying Burrito, más que unas jodidas camisas

La imagen de corredores participando en carreras con unas camisas de leñador muy particulares es cada vez más habitual, pero detrás de Flying Burrito hay mucho más que una simple camiseta.

Fotografía: Jordi Costa
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¿Te imaginas salir a correr con una camisa de leñador? ¿Y estar en una línea de salida acompañado de corredores y corredoras con el último modelo de las marcas especializadas mientras tú estás vestido como si fueras a tomarte un whisky en la Montana más profunda? Las jodidas camisetas de Flying Burrito son las camisas que los leñadores de Montana llevarían si se pasaran al trail running, las camisetas más punk que puedes encontrar ahora mismo en el mercado y que la temporada pasada vistieron corredores como Lluis Ruiz Oller «el hippi».

La camisa que Lazarus Lake debería llevar en la próxima Barkley Marathons o la que Ken Chlouber debería vestir cuando dispare con su rifle en la salida de la Leadville 100 está fabricada con tejido de poliéster 100% reciclado, facilita la transpirabilidad, la elasticidad y el secado rápido. Está diseñada para entrenar y competir pero también para levantar troncos o cortar el césped del jardín de tu casa de Missoula en Montana. Al mismo tiempo, es ideal para practicar trekking o simplemente vestir “casual” cuando bajas de las montañas para tomar algo en el saloon o te bajas del coche para comprar el pan en la tienda del pueblo.

Fotografía: Jordi Costa

Pero Flying Burrito es mucho más que unas jodidas camisas. Es una empresa que tiene sus raíces en el norte de la provincia de Barcelona, justo dónde los Pirineos empiezan. En una zona montañosa, poblada por espesos bosques, Flying Burrito nace sobre tres pilares en los que basa su crecimiento: reciclaje, proximidad y dignidad.

Quizá por el hecho de haberse criado como lobos, corriendo desde pequeños por la naturaleza, como ellos mismos dicen, no conciben la idea de crear un proyecto como Flying Burrito si no es siendo fieles a los valores de respeto por el planeta. Por eso, todos los productos están fabricados y confeccionados en Barcelona buscando con la producción de proximidad, evitando el transporte desde tierras lejanas eliminando así la huella de carbono al máximo.

Además de con la naturaleza, su compromiso también es con la justicia social. Todos los materiales usados para producir nuestras camisas, así como su confección, están producidos en Barcelona, por gente que tiene una jornada laboral de ocho horas, un mes de vacaciones y un sueldo justo. Esto que puede parecer básico, vale la pena explicarlo, porque desgraciadamente hoy en día no hace falta ir al tercer mundo para encontrarse con talleres en los que se ofrece a los trabajadores unas condiciones indignas.

Por el momento, Flying Burrito ofrece cuatro modelos de camisas, disponibles en su página web, y muy pronto su catálogo aumentará con nuevos productos.

 

1 comentario
  1. Franz dice

    Lástima de ese logo en el pecho.

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