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El UTMB de Courtney Dauwalter, una lección de coraje y respeto que agranda su leyenda

El Ultra Trail Mont Blanc del 2025 será recordado como el día en el que la extraterrestre Courtney Dauwalter se hizo humana, bajó a la tierra y tiró de casta y coraje para completar el UTMB en una situación en la que la mayoría de los élites hubieran optado por marcharse a casa.

Fotografía: UTMB
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Hay ocasiones en las que una derrota signifca mucho más que un triunfo. A los grandes campeones se les distingue por su reacción en los momentos complicados, cuando no es fácil seguir adelante, cuando los focos apuntan a otro lado y la recompensa final ya no está en la victoria, sino en superarse a sí mismo y respetar a la carrera, al dorsal que se lleva pinchado en el pecho, al público y a los compañeros y compañeras de profesión. El Ultra Trail Mont Blanc del 2025 será recordado por muchas cosas. Por la complicada meteorología, por las victorias de Ruth Croft y Tom Evans, por el elevado número de abandonos, por la «grada de animación» de Vallorcine… y será recordado como el día que la extraterrestre Courtney Dauwalter se hizo humana, bajó a la tierra y tiró de casta y coraje para completar un UTMB en una situación en la que la mayoría de los élites hubieran optado por marcharse a casa.

La mejor corredora de la historia del ultratrail, la que lo ha ganado todo, la que ha vencido a hombres y mujeres llegaba de nuevo a Chamonix como la principal favorita, una condición que refrendaba con un liderato que mantuvo hasta La Fouly. A partir de este punto su rendimiento empezó a decaer, aparecieron los problemas y fue superada por Ruth Croft antes de llegar a Champex Lac. Un punto de inflexión en el que fue consciente de que este año la victoria se escapaba.

En esas condiciones, y lastrada cada vez por problemas físicos, Courtney Dauwalter podía haberse rendido. Podría haber abandonado, volver a casa y empezar a pensar en la siguiente carrera. Nadie se lo hubiera reprochado e, igualmente, hubiera seguido siendo la mejor corredora de ultras del mundo de siempre. Pero no lo hizo.

Continuó, comenzó a sufrir en cada kilómetro y a descender posiciones en la clasificación general, adelantada por corredoras y corredores incrédulos ante la situación. Y ese esfuerzo, esas ganas y ese coraje nos dejó ver a una Courtney desconocida, la de la corredora que ante la adversidad se sobreponía y acrecentaba más todavía su leyenda con una fortaleza mental inquebrantable. Cada kilómetro que avanzaba y cada mínuto de sufrimiento aumentaba el respeto de la comunidad de trail.

Fotografía: UTMB

Que Courtney Dauwalter no haya ganado su cuarto Ultra Trail Mont Blanc no es un fracaso, es deporte. Que a pesar de las adversidad haya continuado en carrera y haya cruzado la meta décima clasificada femenina nos confirma que es una corredora que rompe todos los moldes. Courtney ha dado toda una lección. Se ha ganado, todavía más, el respeto de la comunidad y con esta actuación ha agradecido todo lo que la comunidad le ha dado estos años y se ha hecho con un hueco en su corazón.

Courtney Dauwalter no ganó la carrera pero se ganó el corazón de todos. Muchos se dan por vencidos cuando ya no tienen posibilidades de ganar pero ella siguió adelante, saludando al público en cada control y cruzando la meta con una sonrisa. Dio una lección de humildad y respeto que conmovió a todo el mundo del trail y la hace, todavía más, la mejor de la historia.

 

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