Gerard Morales o la relación que guarda el trail con el tenis

El catalán Gerard Morales es un destacado atleta de carreras de montaña tras haber destacado en su juventud en las canchas de tenis españolas.

En ocasiones la práctica de dos deportes de lo más dispares puede convertirse en uno de los mejores complementos para arrancar adelante con más fuerza en aquel por el que uno al final se decide. Si algo tienen las competiciones deportivas es que toda experiencia, ya sea más o menos placentera, puede aportar al atleta unos conocimientos sobre la competición o sobre sí mismo que en el futuro le ayudarán a estar más cualificado.

Esto podría aplicarse perfectamente al caso de Gerard Morales, ex integrante del Buff Pro Team y que actualmente forma parte de The Elements Team. Además, hoy es uno de los corredores con más experiencia en las pruebas de montaña. Antes de llegar a donde ahora está en el mundo del trail, Morales destacaba con la raqueta y a fe que no lo hacía nada mal. Allí se desenvolvía en una buena posición entre los tenistas españoles e incluso logró ascender hasta el puesto 452 del ranking ATP. Pero la naturaleza de este deportista le pedía otra cosa.

Tras ver de pequeño a su padre disputar pruebas como los triatlones, Gerard Morales se acostumbró a levantarse por las mañanas para ir a correr junto a su progenitor y parece que esos tiempos se quedaron grabados en su organismo a fuego. Fue así como, poco a poco, comenzó a alejarse de las canchas para calzarse las zapatillas de correr. Es indudable que el tenis es un deporte en el que si destacas puedes vivir notablemente bien, pero como dice el propio Morales, “muy pocos pueden comer de ese pastel”.

En esta época ‘Blackyhomer’, como se le conoce habitualmente en las redes sociales, comenzó disputando alguna carrera de larga distancia en asfalto como el medio maratón, pero las sensaciones para su cuerpo no fueron las esperadas y finalmente se decantó por probar suerte en las carreras de montaña. Allí fue donde comenzó todo. Un idilio del ex tenista con el monte y la naturaleza que empezó a dar buenos resultados que continúan hasta el día de hoy.

  Fuente: Twitter

No hay duda de que los comienzos en este tipo de pruebas no son fáciles, y es que todos hemos pensado tras nuestras primeras carreras aquello de “nunca más”. Pero todos sabemos que pese al sufrimiento que conllevan, hay algo que te engancha a volver allí. Quizás, al igual que sucede en el tenis y en el resto de deportes, uno va conociendo poco a poco su cuerpo y la competición, para así poder afrontarla cada día de manera más eficaz. Aunque eso sí, un buen corredor de trail jamás se libra del sufrimiento, aunque incluso de este se llegue a disfrutar.

Es por ello que Blacky ha ido evolucionando en las pruebas de trail hasta el punto de conseguir retos tan importantes como el de proclamarse Campeón de España de Carreras por Montaña Ultra en 2016. Sin duda, un reconocimiento para el atleta y una recompensa en lo personal, para un deporte en el que hay que luchar con muchas horas de soledad y solventar problemas uno mismo, a diferencia del tenis donde siempre tienes cerca a otras personas.

Quién sabe si Gerard Morales podría estar ahora en las canchas de hierba disputando los prestigiosos torneos de Queens o Wimbledon que comienza en dos semanas, pero el catalán apostó más fuerte por las solitarias carreras de montaña que le proporcionan esa sensación de libertad de la que tanto disfruta. Aunque a buen seguro que esa indispensable fortaleza mental que te ves obligado a adquirir cuando te enfrentas en una cancha de tú a tú con un rival, ha sido más que positiva para el atleta en su siguiente etapa.

Hay que tener en cuenta que el tenis es un deporte duro en el que ser fuerte mentalmente frente a tu contrincante es algo definitivo. Y sino que le pregunten a los rivales de Rafa Nadal cuando se ponen en la pista frente a él en un partido a 5 sets. Pues algo similar sucede en un ultra de montaña, donde la fatiga en soledad y las horas acumuladas, en ocasiones pueden pesar mucho más en la cabeza que en el propio aspecto físico. Es decir, en ambos deportes es determinante el factor mental, aunque en cada uno a su modo.

En cualquier caso, no cabe duda de que, pese a ser con seguridad incompatibles compitiendo a primer nivel, se trata de dos deportes que siempre pueden aportarse mutuamente cosas de lo más positivas.

 

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