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La Leyenda Trail. Tres días de convivencia y pasión por el trail en un lugar privilegiado

La pasada semana se celebró la primera edición de La leyenda Trail, heredera de la Quixote Legend, que transcurre por las Sierras de Alcaraz y Segura. Nuestro compañero David Sánchez participó en una primera edición que no dejó a nadie indiferente. Esta es su experiencia.

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Por David Sánchez Haro, colaborador de Territorio Trail Media

El pasado fin de semana en las sorprendentes sierras de Alcaráz y Segura, dentro de la provincia de Albacete, se ha celebrado una prueba de trail por etapas. Los organizadores ya cuentan con un bagaje sobre sus hombros en este tipo de carreras por etapas (Pirineos Fit y Quixote Legend) que cuenta con fervientes y apasionados seguidores. La modalidad de acampada, varios días de convivencia, lugar espectacular y colocarse un dorsal va ganando adeptos entre los apasionados del trail que gustan de sumergirse en verdaderas aventuras donde poner el cuerpo y la mente a prueba hombro con hombro con otros apasionados de este bonito deporte.

La noche del jueves fue la entrega de dorsales en una bella casa rural donde se realizó el briefing de la prueba y la primera cena de confraternización ente los corredores. Medio centenar de corredores, en modalidad individual y por parejas, intercambiaban sensaciones y expectativas. La primera sorpresa fue que los recorridos se verían modificados a última hora por cambios de ruta obligadas por las restrictivas normas del parque natural y requerimientos de intendencia de la organización. Lo que llevaba a acortar la primera etapa en algo más de 4 km, la segunda en 13 km y la última a alargarla en 4 km. Tras la sorpresa agridulce los corredores fueron a ocupar sus tiendas ancladas en el coso taurino de la localidad albaceteña de Villaverde de Guadalimar.

El viernes se iniciaba el primer “round” que partía desde Villaverde de Guadalimar hacia Yeste. La primera etapa también era la reina de la prueba en cuanto a kilómetros y desnivel acumulado que superaba los 6000 metros. La mañana amanecía nublada pero sin apariencia de que fuera a llover demasiado. Tras la salida neutralizada por el pueblo los primeros compases mostraron que el valiente corredor holandés Peter van Zon salía a jugársela. El terreno de la carrera pasa por bellos senderos boscosos a duras subidas y bajadas sobre terrero kárstico pasando por los bellos paisajes de los calares del Mundo y de la Sima que llevan al pico Mentiras, techo de la prueba. Durante el ascenso la dificultad la puso las nubes bajas que creaban una densa niebla dificultando el avistamiento de las balizas colocadas en el recorrido. Al holandés que se fue solo hacia la meta le seguía Juanjo Larrotcha y Xavier Tomas a unos minutos de diferencia. En féminas Natalia Pendás ya tomaba cierta ventaja sobre sus dos perseguidoras Yolanda Valiente y Jessica Mataix, ambas perdidas durante 40 minutos porque algún indeseable quitó el balizaje de una zona comprometida. Algo que sin duda benefició en el resultado final de la carrera. Especial interés tenía la lucha en los equipos, tanto masculino como en el mixto. Con grandes nombres entre los que destacan el formado por Nerea Martínez y Nahuel Passerat contra Belén Rodríguez y Luis Alonso en mixtos; mientras que en masculino Ismael Luengo y Julián Morcillo entraban en una bonita pugna contra Esteban Díaz y José Miguel Pérez por una lado y Pablo Criado y Antonio Cárcamo por otro. Sin duda la carrera se decidió en la vertical subida al Pico Ardal con una “pala” que en un momento dado ascendía 280 metros positivos en 400 metros. Ya sólo quedaba la rápida bajada hacia Yeste y entrar en meta. Haciéndolo el holandés van Zon y Natalia Pendás en primer lugar.  El campamento recibió a los corredores cansados y agotados con la mente puesta en el día siguiente donde una recortada etapa alegraba al grupo de los corredores y, por otro lado, despedía a varios corredores que ponían fin a su aventura.

El amanecer en Yeste auguraba un día de sol y calor que contrastaba con el día anterior. La salida, también neutralizada por el casco urbano, ya colocó de cabeza a un intratable Peter van Zon que salió enchufado a por la etapa. La etapa se vio recortada en una gran cantidad de kilómetros que privó a los corredores ascender por el nacimiento del río Mundo, lugar privilegiado y espectacular pero masificado en una bonita mañana de un sábado de mayo. Por tanto se perdía uno de los alicientes de la carrera. La etapa fue rápida a pesar de sus 2100 metros positivos ya que discurrió por muchos tramos de pista que sólo pasaba a ser senderos cuando atacaba alguna cumbre. En primer lugar el Pico Argel y después un vertical Pico Padroncillo que acabó con las fuerzas de los corredores y que terminaba con unos últimos kilómetros de bonito sendero arbolado tras un breve cresteo hasta la meta en las cercanías de Riopar, en el campamento San Juan. La organización eligió para la meta y la estancia de los corredores unas cabañas de madera que fue el agrado de los corredores para poder afrontar la última etapa de la aventura. En esta ocasión el triunfo fue de nuevo para Peter van Zon seguido de Xavier Tomas y de Juanjo Larrotcha. En mujeres una brillante Jessica Mataix se impuso a Natalia Pendás y Esther Sánchez. En equipos se mantenían las posiciones del anterior día tanto en equipo masculino, mixto y el único femenino.

La tercera etapa arrancaba cuatro kilómetros antes de Riopar sumando al pelotón de estos días a aquellos corredores que iban a disputar sólo la última etapa de forma única. Así que un centenar de corredores salían disparados en una bajada vertiginosa hasta las calles del pueblo aprovechando que el día arrancaba despejado. De nuevo Peter van Zon se distanciaba pero esta vez contaba con Javi Muñoz y Matías Soler, corredores del maratón, y que al final se llevarían los dos primeros puestos de la etapa. Tras esa bajada se iniciaba una subida continua hacia coronar La Almenara, quizá la cumbre de la carrera que más bellas vistas dejó a los afortunados corredores que con el cielo abierto tenían una vista infinita de la sierra albaceteña. Pero no quedaba ahí la cosa… a continuación la carrera recorría el cresterío sobre terreno muy técnico que impedía cualquier perdida de concentración. Pero la felicidad siempre es momentánea porque negras nubes aparecían en el horizonte… Subiendo al último pico de la prueba, La Sarga, empezó una fuerte lluvia que unida a las nubes que no dejaban ver las balizas dificultó el paso de los corredores. Lluvia, niebla, viento y bajada de las temperaturas fue lo que se encontraron los valientes que después de coronar sólo tenían que realizar un vertiginoso y disfrutón descenso que llevaba hasta la meta en Villaverde de Guadalimar. Se terminaban los tres días de aventura, como gusta de decir a Juan, uno de sus directores, por estas tierras que tienen tanto que ofrecer. La victoria final fue para el holandés Peter van Zon y Natalia Pendás. Mientras que en pareja femenina Elena Cárdenas y Sylvia Llante y en masculina Ismael Luengo y Julián Morcillo hacían lo propio. Por último la pareja mixta formada por Nerea Martínez y Nahuel Passerat conseguían la primera posición y una buena compenetración para futuros retos.

Y así se pone fin a un fin de semana de recorridos técnicos, bosques cerrados, pistas sinuosas, cresteos que daban vértigo o valles kársticos que dejaban sin palabras por un total de 140km y 7400 metros de desnivel positivo que han dejado felices y agotados a los corredores que se atrevieron a probarse a sí mismos en un lugar que sorprende por su espectacularidad. Haciendo de la media montaña un lugar privilegiado para hacer trail. Pero lo que sin duda se queda grabado en todos los corredores son esos días de convivencia, de compartir y hablar de lo que los une a todos… esto del correr por el monte.

 

 

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