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Trail Bites. La Trailsemana en Canarias. La experiencia de Angel Yuste en el 4K. Por Bryan Trujillo.

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Ángel Yuste ya se está
preparando para la jubilación. Después de unas cuantas décadas en la profesión
es el momento de tomarse un descanso. Debería estar pensando en su retiro
dorado, en comprar el periódico por las mañanas y tomar café por las tardes,
pero nada de eso. Corredor incansable, hace varias semanas acabó la primera
edición del 4 K en el Valle d’Aosta, Italia. 

350 kilómetros con 25.000
metros de desnivel positivo en 128 horas, o lo que es lo mismo, en 5 días. Pero
Yuste es hombre modesto, y lejos de darle la épica que merece, le resta
importancia. Las flores, a pesar de haber hecho ultramaratones tan duros como
el de Ronda Del Cims (170 Km y 13.500 D+), le sobran. Aunque el resto no acabe
de entender su humildad.

El
4 K se ha celebrado por primera vez este año y ha traído cola. ¿De dónde surge
la polémica?

“El 4 K está organizado por
el organismo público que criticaba al Tor, yo ahí  ni entro ni salgo, diciendo que era una
organización privada que se llevaba los beneficios y no revertía en la
comunidad. La institución pública ponía muchos recursos, seguridad, gente de
rescate… Y no dominaba la carrera, con lo cual, cuando hay un grupo político y
no domina la organización, hay enfrentamientos”.

“Entonces decidieron hacer el
4 K. Es muy similar, de hecho, hace el mismo recorrido pero en sentido inverso.
Mientras hacíamos la carrera, pudimos ver señalización del Tor Des Geants, que
salía unos días después de que terminara el 4 K”.

¿Crees
que se dejará de hacer alguna de las dos en el futuro?

“Es difícil saberlo. Este
año ha habido gente para las dos pruebas. Hay pocas en el mundo que tengan
estas características, con estas distancias y esta forma de correr. Eso es muy
atractivo. El Tor, por ejemplo, las inscripciones se acababan muy rápido y en el
4 K no ha sido así, pero a lo mejor es posible que se llenen las dos pruebas”.

“Otra cosa es que sea viable
a nivel organizativo. Estarán medio mes, son siete y siete días, con un
despliegue sobre el terreno muy importante”. 

 

El
4 K no es una carrera normal, ¿las exigencias médicas para participar son
altas?

“No. Allí no te piden prueba
deportiva de referencia ni certificado médico al uso. Cambia mucho respecto a lo
que te pueden pedir en España. Sí que te recuerdan que tienes que tener cierta
autosuficiencia, que seas consciente de donde te vas a meter y a lo que te vas
a enfrentar”.

¿Y
no piensas que eso puede ser peligroso?

“Es una prueba hecha muy
para montañeros. Primero, por la velocidad a la que te desplazas, y segundo por
el esfuerzo físico constante que requiere. A mí lo que más me sorprendió fue la
edad media de los corredores. Estaba lleno de veteranos, pero de veteranos de
verdad. Yo me sentía hasta joven”.

“Era algo que se veía en la
salida. Había muy pocos jóvenes, muy poca juventud. La base de corredores
principal estaba entre los 40 y 50 años. También había muchas mujeres, con un
perfil muy de montañeras. Había mujeres que cogían un ritmo y pensabas que no
pararían nunca”.

¿Cómo
pasan los días en el 4 K?

“Casi haces una vida
ordinaria. Te olvidas de que llevas el dorsal. Es así porque te lo tomas como
una especie de reto de superación, hay muy pocos que van a competir. Entonces,
llegabas a los avituallamientos, te duchabas, mirabas el WhatsApp…Una cosa que
me llamó la atención es que en los avituallamientos había mucha cerveza. Se
utilizaban unos barriles grandes, bastante grandes, y salía buenísima. Una vez
tomamos como cuatro cervezas, a 2.000 y pico metros de altitud. Lo estábamos
pasando bien, nos estaban haciendo una carne a la plancha y nos planteamos si volver
a salir. Pero luego rápidamente nos pusimos las pilas.

¿Cuál
es la mejor manera de viajar al Valle d’ Aosta desde Canarias?

“La mejor fórmula es viajar
hasta Barcelona y luego a Milán, aunque este no sea el aeropuerto más cercano
al Valle d’ Aosta, es Torino, es la mejor forma de viajar. Primero porque está
bien comunicado en autobús con el Valle y no es muy caro, aunque un canario
tiene que tener en cuenta el vuelo hasta Barcelona”.

“El hotel en Cogne, donde
nos alojamos, nos gastamos 60 € por persona. Había ofertas más baratas pero
preferimos estar en un buen sitio. A partir de ahí, poco más. Cogne no es de
los sitios más caros de Italia, es un pequeño pueblo y se puede comer bien.
Durante la carrera te alimentas de la organización”.

¿Qué
consejo darías a alguien que quiera afrontarse a una prueba de esta envergadura?

“Primero que pase por una
100 millas, como Ronda Del Cims, en Andorra. Primero porque te va a decir dónde
está el límite de tu capacidad. (…) Te da cierta idea. En esto del trail a mí siempre me ha gustado ir paso
a paso. El que empieza por una media tendrá una maratón, luego una ultra de 80
Km, otra de 100… Me parece el sistema más inteligente de hacer las cosas”

“Hay gente que a lo mejor se
pone y la hace. Pero porque el que esté muy acostumbrado a andar, el 4 K no
está dirigido solo al corredor sino también al andarín, pues se puede hacer.
Siempre te tienes que dejar caer, por mucho que camines, porque subes bastante
y en las bajadas hay que correr para sacar ese poco tiempo que luego te sirve
para poder dormir, descansar, disfrutar del colchón…”

¿Qué
te ha parecido más duro, una 100 millas o el 4 K con sus 350 Km?

“Pues como te dije antes de
la entrevista, acabé muscularmente más descansado en esta. Creo que porque las
intensidades no son muy elevadas, siempre bajábamos con cierto cuidado de no
cargarnos muscularmente, ligeros pero sin arriesgar como en una 100 millas.
Entonces, creo que muscularmente acabé bien. Aparte de que no llegué en mi
mejor forma y había días en los que me encontraba mejor, otros peor, como
cualquier semana de un corredor. Y también lo veía en mi compañero; empezó mal
y acabó muy bien. Yo empecé bien, luego hubo un momento en el que estuve mal y
después me puse bien. Teníamos nuestros propios ciclos vitales”. 

Por
lo que dices, nos has hecho la carrera solo, ¿ya tenías previsto hacerla con un
compañero?

“La verdad es que me lo
encontré allí. Conocía a un chico de Murcia (Tony Andrades) con el que había
coincidido en algunas carreras, un tipo con mucha experiencia en el ultrafondo.
Viaja mucho a por retos como correr en el Polo Norte, o en la selva… Es un tío
con mucha solvencia. Entonces, cuando empezamos hablamos de que si uno iba mal
que el otro siguiera, pero al final tomamos la decisión de acabar juntos”.

Para saber más: https://sway.com/dny0w3PRwbbX09cb

Bryan Trujillo es Periodista, Community & Social Media Manager, probador de Trailrunningreview y colaborador de Territorio Trail Media.

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