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Salomon Ultra Pro. ¿Una opción real frente a la S-LAB ULTRA?

Cuando vemos por primera vez esta zapatilla, es casi inevitable pensar que se trata de una S-Lab Ultra pero “barata”, es decir, un modelo al que se le han eliminado elementos y abaratado en tecnologías para reducir esos 30 euros (150 eur. PVP) que diferencian una de otra. Pues bien, nada más lejos. Estamos ante una zapatilla que aglutina en su ADN, lo necesario para ser una super ventas.

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Cuando vemos por primera vez esta zapatilla, es casi inevitable pensar que se trata de una S-Lab Ultra pero “barata”, es decir, un modelo al que se le han eliminado elementos y abaratado en tecnologías para reducir esos 30 euros (150 eur. PVP) que diferencian una de otra. Pues bien, nada más lejos. Estamos ante una zapatilla que aglutina en su ADN, lo necesario para ser una super ventas.

A tenor de todo lo que ofrece y es capaz de suscitarnos,  con el gran rango de utilización como virtud en cuanto a distancias se refiere, y target de corredor muy abierto, me pareció justo erigirla como ganadora en los Trail Awards de Territorio Trail Media, como mejor zapatilla de 2018.  Acompáñame a conocerla en este artículo!

SUELA. Salvando el tipo en -casi- cualquier terreno.

Al girar la zapatilla, para estudiar la suela, no encontramos ante un diseño multiterreno con taco bajo de 3 milímetros, por tanto, estaríamos dentro del catálogo Salomon entre medio de una suela Hard y Soft Ground. Con 78´5 grados, es bastante dura, quizás un poco por encima de la media en sus competidoras. Ese detalle, es el culpable (o al menos en parte), de que la adherencia en ciertas superficies no sea la esperada, repito, solo en parte, pues aquí influyen multitud de factores.

En los dos tercios delanteros los tacos están muy espaciados, y se nota a la hora de meterse en barro, pues gracias a ese espacio entre ellos (sin llegar los niveles de la configuración Soft Ground)  y el grabado de la suela, tenemos una buenísima capacidad de evacuación. En la puntera, los tacos están bastante más juntos, por si hemos de acometer subidas muy pronunciadas, donde hemos de ascender punteando.

Encontramos también 5 discretas líneas de flexión (aunque únicamente 4 de ellas son realmente funcionales), para dinamizar la transición. La disposición de los tacos del interior algo más compacta, y unidos en sus vértices gracias a la forma romboidal, de modo que están más juntos, y suman más superficie que los del exterior, buena decisión teniendo en cuenta que es bastante común que en la fase de despegue, lo hagamos con esta zona delantera-interior.

La zona media también dispone de tacos, algo más transversales, para dar algo más de apoyo y superficie de contacto. Este detalla es significativo, pues la diferencia claramente de su hermana S-LAB Ultra, que tiene una zona media totalmente ausente de mordiente y despejada.

En la zona de talón, tenemos una línea central de retención y en el perímetro exterior unos tacos con más superficie de apoyo pensando en el corredor que tiende a talonar. Por tanto, también obtenemos un mayor apoyo, precisión, y estabilidad, si en nuestro ciclo de pisada, impactamos primeramente con el talón.

Un buen detalle, es disponer de unos  de tacos piramidales, que pudimos ver en la XA Enduro y XA Elevate,  pensando en favorecer el drenaje.

El desgaste de la suela se puede considerar razonable, pues con la carga de kilómetros y horas no ha llegado a perder apenas 1 gramo de material de la suela, cuando la Scott Supertrac RC, con el mismo kilometraje, dobla el consumo de caucho.

MEDIASUELA. Esencia oculta.

Una parte esencial de esta zapatilla es la mediasuela, primero porque es una zapatilla que varía de perfil en función del número. Siempre tendremos drop 8, pero cuanto mayor sea nuestro número (y teóricamente, también el peso del corredor) más stack tendremos, de modo, que la amortiguación se adapta a nuestro peso. Un detalle que parece lógico y que ninguna marca, de momento, ha secundado.

No esperéis una amortiguación blanda. Como es característico en Salomon, se muestra bastante firme y tiene poco recorrido. El motivo, en parte es la dureza de su Eva de doble densidad, con 50´5 grados.

En la zona trasera, aunque bastante adelantado (casi en la zona de arco) tenemos el flanco interno que sube más , y que tiene casi 11 grados más de dureza que el resto de la mediasuela, por tanto, estructuralmente nos da soporte, y debido a su mayor dureza, evita el exceso de rotación de talón, para corredores que tiendan a pronar. De este modo, y de forma algo más sutil, Salomon recupera aquel control de pronación que desapareció con la S-LAB XT 6.

En el interior de la mediasuela, al igual que en la S-LAB Ultra encontramos el Energy Save, que es una placa de material blando, de 39 grados de dureza, fabricado por la empresa alemana BASF.

Esta pieza, presenta diferencias en cuanto a diseño, pues en la Ultra Pro queda totalmente oculta en el interior (encapsulada), por tanto, la superficie de esta pieza es inferior, a diferencia de la S-LAB Ultra, que de forma efectiva se integra en el flanco delantero en la mediasuela, formando parte de modo más activo. Así pues, obtenemos un buen compromiso entre reactividad, protección, y tacto.

Este sistema de Salomon de encapsular diferentes densidades no es nuevo, pues ya lo vimos en los modelos Sense Pro Max, y Sense Ride, ambas con el sistema Vibe, y las placas insertadas de Opal de 6 y 12 mms. en antepié y talón, respectivamente, como segundo elemento amortiguante.

UPPER. Inspiración S-LAB.

Sin duda el upper de esta zapatilla tiene estilo propio muy marcado. Se muestra contundente y reforzado, cierto, pero sin llegar a bloquear el pie, de modo que no lleguemos a perder dinamismo, y esa sensación de que zapato y pie son uno.  Prácticamente toda la superficie tiene una capa plástica protectora, muy diferente al material siliconado de la S-LAB Ultra(el mismo que monta la XA S-LAB Amphib), y dejando únicamente una minúscula parte de la caja delantera con el tejido base a la vista.

Los dos tirantes sujetan con una efectividad brutal la perte media y trasera, pues el tirante trasero nace en la base del talón. El tirante delantero nos asegura el pie de forma efectiva, y no resulta fácil que en una bajada, se nos vaya hacia delante. Está muy bien ubicado, y no interfiere en la zona de flexión, ya que queda algo por detrás. Muy bien resuelto.

El contrafuerte del talón es bastante más consistente que en la S-LAB Ultra, que carece de armazón.

La lengüeta es fina y equipa el sistema de lazada con ataque superior, un gran acierto, ya que ahora en la fase de apoyo, el collarín no se abre, como en otros modelos de la marca. El Quick Lace es nuevo, corre algo mejor, y queda más asegurado.

En cuanto al collar, es prácticamente idéntico al de la Sense Ride, en cuanto a grosor y tejido, marcando la diferencia con el de la S-LAB Ultra que es de microfibra y sin acolchado. Prefiero ese plus de comodidad y ajuste, sacrificando unos pocos gramos respecto al collar de la S-LAB, que se abre mucho en fase de apoyo/impulso, favoreciendo la entrada de todo tipo de elementos del camino, con los inconvenientes que comporta.

El nivel de transpirabilidad no es su mayor baza, debido a toda la estructura doble, y los prominentes termonencolados, a pesar de los esfuerzos por dejar zonas que faciliten la transpiración, como la rejilla incorporada a los tirantes. Aún así, tampoco llega a ser preocupante. En ese sentido, está mejor resuelta que una Hierro V3, aunque menos que una Sense Ride, por poner dos  ejemplos.

Este modelo incorpora unos pequeños reflectantes en la parte trasera, buen detalle, considerando que Salomon, últimamente en este sentido tiene un tanto descuidado ese detalle, ya que por ejemplo la Sense Ride, la Trailster, o la Sense Pro 3, carecen de este elemento.

CONCLUSIONES.

Creo que es una zapatilla que aguanta bastante bien en términos de resistencia. Destacar la zona de flexión en el upper donde si se ve el tejido un poco castigado. Otro punto crítico lo encontramos en el collarín, a la altura del último ojal, donde vemos un roce importante provocado por el cordón del Quick Lace. Quizá demasiado pronto en ambos casos (tras 36 horas de uso, y 263 kms.).

Los cosidos permanecen intactos y la puntera no se le ve despegada.

Cuando introducís el pie en su interior,  y habéis sido usuarios de Salomon, rápidamente os vendrá esa sensación de que ya habéis estado ahí dentro.

A pesar de no tener un tacto de amortiguación especialmente suave, me gusta en distancias largas, me da gran seguridad, una sujeción  fiable, pero que no llega a bloquear el pie, nos asiste en zonas comprometidas, aunque no hemos de delegar todo el trabajo en ella, y deberemos mantenernos atentos.

La adherencia  no es el punto que más me guste, o en el que más destaque. Algún susto me he llevado en roca pulida. Las mismas rocas en las que la Adidas Terrex, por ejemplo, me sujetó sin apenas deslizamiento.

Con barro no se colapsa de forma irremediable, y salva airosa la situación, el fondo grabado de la suela y esos tacos piramidales de drenaje algo contribuyen. En pocas zancadas el sobrepeso de barro habrá desaparecido de la suela. En terrenos descompuestos y secos me gustan mucho, pues traccionan de forma notable. En zonas de canteo todo el taco perimetral de la zona media nos da buena base de contacto.

Es una zapatilla que pese a no ser un peso pluma, con sus 314 gramos (10 USA) y una mediasuela de tacto enérgico, nos permite conseguir ritmos alegres en zonas compactas de buen pisar, rodando sin problemas a ritmos cercanos a 4 minutos el kilómetro. Aunque ojo, porque es aquí, donde veremos el desgaste de la suela, antes de lo deseado.

Así pues, en mi opinión,  la Ultra Pro es una alternativa no solo coherente, sino aconsejable, frente a su hermana mayor S-LAB.

 

 

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