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El tren cremallera, invitado de lujo en la segunda etapa de la Pyrenees Stage Run

La segunda etapa de la Pyrenees Stage Run 2018 ha comenzó en Queralbs tras subir con el tren cremallera, y ha llevado a los corredores en Puigcerdà, capital de la Cerdanya por caminos de media montaña sin superar en ningún momento los 2000m de altura tras 37,4km y 1700m d +.

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El recorrido de esta segunda jornada sigue, casi en todo momento, el clásico GR-11, excepto en la bajada final. Pasando por la Fuente de l’Home Mort, el Collet de les Barraques, el pintoresco pueblo de Dòrria o el Coll de la Creu de Meians, la etapa termina con una larga y divertida bajada desde Coll Marcer, antes de la subida final a Puigcerdà.

La jornada ha transcurrido plácidamente. Pese el riesgo de lluvia que había a partir de las 3 de la tarde, al final no ha llovido hasta el final del día, cuando ya habían llegado todos los equipos a la línea de meta.

El podio femenino de esta segunda etapa la encabeza el equipo The Two, con un tiempo de 5h y 43min, seguido por Mendikoloreak (5h y 51min) y muy cerca del equipo La Sportiva-Mountain Medics, con 5h y 53min. En la categoría de equipos mixtos, el primero en terminar la etapa ha sido Trota Cims (4h 58min) seguido de TJ Packa Praha Trialpoint (5h y 12min) y Team Awesome (5h y 31min). Y el podio masculino de esta segunda etapa está liderado por BiFree, con un tiempo de 4h y 13min; seguidos por Axkoitiarrak (4h y 35min) y Adventure (5h y 10min).

Crónica personal del Equipo de Territorio Trail Media. Por David Sánchez

La segunda etapa (regalo) de la Pyrenees Stage Run se disputó bajo un sol de justicia que hizo malos los pronósticos de lluvia a primera hora de la tarde. Tras un corto viaje en el tren cremallera los corredores se bajaban en Queralbs para tomar la salida bajo el arco. Cualquier momento en esta carrera es un lugar de esparcimiento y el ambiente que general los directores, voluntarios y participantes se convierte en una fiesta improvisada. Aunque algunos corredores se mueven nerviosos porque quieren igualar o mejorar su posición de ayer el ambiente distendido impera. Por delante 37,4km y 1700m positivos, sin sobrepasar los 2000 metros de altura.

Nada más salir ya picaba para arriba pasando por la Font de l’Home Mort camino del primer collado, el de Barranques, para iniciar una trepidante bajada por prados verticales hasta la espesura de un bosque. Pero lo bueno dura poco y empieza una larguísima subida, que se hace larga y pesada por discurrir por una pista, que pasará primero por el bonito pueblo de Dòrria para llegar al collado de la Creu de Meians. La vista se entretiene por la vista de vacas y caballos que pueblan prados y faldas de la montaña. En otro pequeño empujón al Collado Marcer, donde se acaba la subida y empieza la parte más divertida del día con una bajada cómoda y rápida paralela a un riachuelo y torrenteras donde el corredor va casi continuamente con los pies dentro del agua. Ya solo le resta ver un paraje amplio que es la plana de la Cerdanya y ascender por las empinadas calles de Puigcerdà donde una fiesta le espera arropado por todo el equipo de la carrera que hace que la dureza de la etapa y el sufrimiento de las piernas se borren de un plumazo.

En lo personal una carrera que ha sido rápida por ser casi en su mayoría pistera y aunque lo kilómetros pasan de una forma ágil la belleza de días como el de ayer desaparece. Pero la bajada final lo ha compensado porque era de disfrutar, de correr sin freno ya que era un camino limpio y serpenteante, con los pies en el agua. Mi pareja en carrera, José Briega, y yo hemos hecho una carrera de menos a más. Terminado muy fuerte y con sensación de poder dar un poco más. Nos hemos acoplado bien porque somos bastante iguales en muchos aspectos y hace que no haya ninguna faceta que desequilibre al equipo. Deseosos de mañana enfrentarnos a la etapa reina de la prueba…

Fotografías: Guillem Casanova

 

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