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Dentro de la Everest Trail Race. Visitas, controles y viajes.

Nuestros compañeros Raúl Leorza y David Sánchez está en Nepal, integrados en la Organización de la Everest Trail Race, para traernos toda la actualidad de la octava edición de la prueba. Además de la última hora de la carrera, también compartirán sus sensaciones como miembros del equipo organizativo

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Ayer dijimos que iba a ser espectacular, y lo ha sido, ha ido espectacular, muy bello, rápido incluso y frío, hacía mucho frío esta noche y eso de levantarnos tan pronto nos ha dejado helados, pero ha merecido la pena, y hemos podido grabar la salida del sol desde lo alto el templo, completa.

Y nos ha sorprendido la cantidad de gente ha había, eran las 5:20 de la mañana y estaba lleno de gente, de perros y de monos, en una extraña sintonía en la que ninguno se molestaba.

Tras irnos a desayunar (las salidas del sol conviene verlas en ayunas), hemos vuelto a hacer algo de turismo, y nos hemos quedado encantados con el barrio de Patan, en el lado S de la ciudad. Destaca, para nosotros, el templo de Oro, entre otros muchos templos y las calles, conservadas (algunas) en su integridad, a pesar de terremotos y el paso del tiempo, como no se puede ver en la zona N, más turística.

Por la tarde, control de material, y esta vez es muy exhaustivo. Cuarenta personas necesitan 4 horas para pasar todo el control de material, personalizado y el médico. Y no es ninguna broma, dossieres, road book, dorsales, peso mochila y material obligatorio (hay que desmontar toda la mochila y sacarlo todo). Tras esto entrevista con el médico y ok (o no).

Y no acaba la cosa, luego briefing de hora y cuarto, con muchas preguntas y dudas (normal). Tras esto, la cena, rápida y todos juntos, eso sí.

Mañana ocho horas de viaje a Jiri nos esperan.

Y tras esas ocho horas, llegamos a Jiri, capital del distrito de Dolakha. Doscientos cincuenta kilómetros separan a Jiri de Katmandú, ocho horas de viaje, si sacamos la cuenta salen a poco más de 30 k/h de media, lo cual nos dice cómo son las carreteras en esta zona.

Y no solo eso, con cuestas infinitas y, por parte de los nepalíes, una forma muy particular de entender la conducción y normas de tráfico que no tenemos en Europa, la gracia de viajar consiste en eso también.

Los paisajes que podemos ver, siempre desde la furgoneta, nos hacen pensar en aquello con lo que imaginábamos antes de comenzar esta aventura. El Nepal profundo, alejado de ciudades, con mal acceso y escasas infraestructuras, con gente sonriente, donde podemos ver las viviendas de barro y ladrillos, con tejados de hoja, teja y chapa, campos de arroz abancalados en proceso de siega, gentes por las carreteras y niños, muchos niños por la calle, jugando, a lo que sea y con lo que sea. Detrás de todo esto, las montañas, las grandes montañas, las más altas de la tierra.

Las montañas las veremos mejor desde mañana jueves, hoy nos quedamos en Jiri, en el campamento, el más efímero de todos, perfectamente montado por los compañeros en las jornadas previas y que tras dar la salida mañana a las 9:00, será completamente desmontado hasta el año 2019.

Mañana nos espera la primera etapa, de introducción dice el director de todo esto, Jordi Abad, al cual le interrogamos antes de que empiece el rock&roll.

Todo preparado para mañana, aún es pronto y los corredores comparten el tiempo en la tienda-comedor que tienen para ello, mañana a estas horas seguro que compartirán muchas más cosas, más experiencias, habrán terminado los 21,5 kms con 3.795 m acumulados (+/-).

 

 

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