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Angeles y demonios

Ha pasado más de un mes desde que se decretó el estado de alarma, un mes en el cual hemos estado confinados en nuestras casas. En este mes tenemos colectivos que han salido muy reforzados y sin embargo otros salen muy tocados ante la sociedad.

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Texto: Miguel Sola

 

Ha pasado más de un mes desde que se decretó el estado de alarma, un mes en el cual hemos estado confinados en nuestras casas. En este mes tenemos colectivos que han salido muy reforzados y sin embargo otros salen muy tocados ante la sociedad.

En el primer grupo estarían aquellos mejor valorados que antes de la pandemia: los transportistas, dependientes de supermercados, gente de trabajos de primera necesidad y sobre todo el personal sanitario (además con unos salarios bastante deprimentes la mayoría de ellos). En el lado negativo quedan marcados dos colectivos: políticos (muy retratados) y deportistas (sobretodo corredores y ciclistas). Los primeros en sus guerras de poder y lucha incapaces, una vez más, de arrimar el hombro y trabajar unidos por el bien de un país (muy pocos salvaríamos de esta quema, entre los destacados Alcaldía y Oposición de Madrid, que están dando un ejemplo de cómo se tiene que actuar en un caso sin precedentes como es esta pandemia).

Y ahora vamos, como no, a lo que nos compete. En este mes hemos tenido deportistas ejemplarizantes y otros egoístas, estos últimos los explicaremos con ejemplos. En la primera semana teníamos los que se saltaban la cuarenta y corrían por fuera, de vez en cuando aún brota algún capullo en flor, digno de documental de la 2, uno sonado ha sido Rohan Dennis ciclista profesional que no solo se fue por ahí (en Gerona), sino que además lo dijo en redes sociales, con un titular “#Covid19 puede chuparme el culo”. Ante las críticas de seguidores y medios especializados no solo borro el tweet, se quitó las redes sociales twitter e Instagram. ¡Qué mal están las cabezas de algunos!.

El segundo caso lo hemos tenido en los que hacen escaleras comunitarias, que no son conscientes del riesgo que conlleva para sus vecinos y para ellos/as mismos, al ser zonas comunes en las que podemos transmitir dicho virus. Caso parecido ocurriría con los garajes comunitarios, llegando gente a correr medias maratones por ellos. Y pasamos a los reyes del confinamiento, los “runners de pasillo”, lo que empezó como una manera de evadirse y mantenerse en una forma lo menor “redonda” posible, en algunos casos ha desvariado en barbaridades como hacer maratones o ultra fondo en pasillos de seis metros, todo en un afán de protagonismo en las malditas redes sociales tan dadas al aplauso de estas hazañas esperpénticas.

¿Es bueno correr por el pasillo? No.
¿Lo puedo hacer? Sí, pero es su justa medida, no barbaridades.

Y el ultimo subgrupo altamente retratado con la crisis del Covid19 han sido los ciclistas, muchos cazados en el primer fin de semana por las fuerzas de seguridad intentando realizar actividades en la naturaleza (y multados lógicamente). Y ahora nos sumimos en la competición de las aplicaciones (cosa que no veo mal, siempre y cuando sepas cuál es tu nivel real). Pero al igual que teníamos al “ultra fondista pasillero” con afán de protagonismo, tenemos al clon ciclista, capaz de estar 7, 8 y hasta 24 horas subido al rodillo con tal de recibir me gustas.

¿Seré un bicho raro? No he corrido ni un solo metro por el pasillo, ni por las escaleras ni aun menos en el exterior. Hasta que me llegó el rodillo que encargué, realicé sesiones de acondicionamiento físico. Y desde que tengo dicho rodillo alterno las sesiones de AF con actividades en la bicicleta. Estas últimas oscilan entre 1h y 2h la gran mayoría. Una vez realicé 3h, y me pareció aburridísimo, y eso que en mi caso me he puesto Zwift, un programa virtual con el cual te motivas, picas y despistas bastante, en general pasa el tiempo más rápido. También me pongo música, podcast o videos de YouTube. Lo que viene siendo mantener la forma.

Hablando con especialistas, entrenadores con titulación, no “instagramer” o “influencer” sin nula formación, indican que lo más importante en estos momentos es trabajar nuestras debilidades, nuestros puntos débiles.

Otra cosa que me ha llamado mucho la atención es lo tiquismiquis que están estos dos colectivos contra los dueños de perretes. Hasta el punto de decir, ellos pueden sacar al perro y yo no puedo correr o ir en bici… ¿comparan eso? Si, la estupidez humana llega muy lejos, y lo dice un corredor, con más de 30 años dándole a las zapatillas diariamente. Incluso varios ciclistas profesionales pedían que les dieran permiso para poder entrenar en exterior.

Pero particularmente lo que más me está sorprendiendo es ver las respuestas a la gran pregunta. ¿Qué harás el día que nos den carta blanca y nos dejen salir de casa? Salir a correr 20km o irme con la bici 4horas son de las respuestas más utilizadas. ¿En serio esa es tu prioridad? Definitivamente soy un bicho raro, lo primero que haré es ver a mis seres queridos, hablar, reír, abrazar a la gente que tanto echo de menos (y esto lo dice una persona que disfruta mucho de la soledad, me encanta estar solo tranquilamente).

En segundo término, disfrutar de la naturaleza en silencio y sobretodo una de las cosas que más echo en falta es trabajar con normalidad, hablar con los clientes, dar consejos, en definitiva, el día a día que hemos perdido en este mes encerrados y por último esos kilómetros por la ribera del Ebro en soledad pensando en mis cosas.

Sabíamos que todos los españoles teníamos un entrenador de futbol dentro, ahora también sabemos que muchos tienen un epidemiólogo, puesto que lo del político quedo claro hace días. No es momento de echarnos cosas en cara, es momento de trabajar todos en un mismo sentido.

Y los deportistas, lo dicho, intentemos no ser egoístas, somos un colectivo físicamente muy fuerte y, posiblemente, este virus no sea tan peligroso para nosotros, pero todos los que conviven con nosotros son altamente más vulnerables a él, seamos un poco más generosos y miremos por nuestros mayores, por nuestros vecinos, en general por nuestra sociedad. Un gran país se basa en un gran pueblo, por una vez intentemos que sea así.

Animo que de esta salimos todos juntos.

 

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